Cuarenta kilómetros recorrió desde su Chabás natal, departamento de Caseros, hasta Pujato, cuna de un campeón del mundo. Todo por un sueño: poder conocer a su ídolo y cantarle una canción, una chacarera que reviente el corazón. Así lo pensó Simón Puertolaz, joven talento de tan sólo 11 años, quien se acercó a la casa de Lionel Scaloni y lo sorprendeió con su interpretación de «El Olvidao». Un abrazo y la emoción de ambos de un momento que no olvidará jamás.

Mientras disfruta de sus merecidas vacaciones en Pujato, Santa Fe, el entrenador de la Selección, Lionel Scaloni, día a día recibe en la puerta de su casa a una gran cantidad de fanáticos, que se acercan a su domicilio en busca de un saludo, una foto o un autógrafo del DT. Fue que entre la gente apareció Simón, un joven cantante, guitarrista, compositor y escritor que se acercó hasta allí para interpretarle una chacarera. «No quiero de más, quiero lo que es mío. Al mazo trampiao voy torcerle el destino. Levántate cagón, que aquí canta un argentino. Soy el olvidao el mismo que un día se puso de pie tragando tierra y saliva», comenzó el tema que hizo emocionar a todos y terminó con un abrazo entre Lionel y Simón. Scaloni lo recibió de la mejor manera mostrando una vez más toda su humildad.

“Fue idea de mi mamá. Estábamos sentados en mi casa y me dice, Scaloni está recibiendo a la gente. Me llama mi tío y me dice lo mismo y fuimos hasta allá en su auto con mi tía y mi primita”, comenzó a contar Simón todo lo sucedido. «Fuimos a la puerta de su casa y le pregunté si le podía cantar un tema y me dijo que sí. Esa chacarera tiene mucho significado para los argentinos», continúa el pequeño que cumplió su sueño de conocer al entrenador campeón del mundo. «Me felicitó y nos dimos un abrazo. Fue una locura cantarle a Scaloni. Él es muy buena persona, siempre se acuerda de su pueblo», sintetizó el joven un recuerdo imborrable.

Sin dudas, Pujato es el lugar en el mundo para Scaloni. Desde que llegó a Santa Fe para pasar las fiestas y disfrutar de sus vacaciones no para de brindar momentos de amabilidad y cordialidad con sus vecinos y coterráneos que visitan su casa. Siempre con respeto y calidez, no parece ser el mejor entrenador del mundo elegido por todos ni el campeón del mundo hace tan sólo un año cuando se acerca a la gente. Su regreso a casa se convirtió en una celebración continua con constantes muestras de cariño y admiración por parte de numerosos vecinos que se congregan frente a su residencia a la espera de poder compartir un momento con el DT multipremiado.