El exmandatario, que había anunciado pocas horas antes el establecimiento de un cese del fuego entre ambos países, reaccionó con dureza ante las denuncias cruzadas por supuestas violaciones del acuerdo. Mientras Israel acusó a Irán de lanzar misiles contra su territorio, desde Teherán afirmaron haber sido blanco de bombardeos en al menos tres ocasiones.

La reacción de Trump no tardó en llegar. Visiblemente molesto, advirtió que cualquier nueva ofensiva por parte de Israel representaría una violación grave del pacto alcanzado y podría desencadenar una peligrosa escalada militar en la región. En su declaración, subrayó que la prioridad es frenar el conflicto y evitar un escenario que afecte la estabilidad internacional.

El exmandatario, que ha tomado un rol activo en la diplomacia informal, busca posicionarse como figura clave en la desescalada del conflicto. Sin embargo, la situación es sumamente volátil. A menos de un día del anuncio del alto el fuego, las partes involucradas ya se acusan mutuamente de incumplimiento, lo que pone en duda la viabilidad del entendimiento.

En este contexto, la advertencia de Trump marca un nuevo capítulo en la crisis, que mantiene en vilo a la comunidad internacional. Las próximas horas serán determinantes para saber si el acuerdo podrá sostenerse o si se precipitará una nueva ola de enfrentamientos.