En medio de la asamblea, se hizo presente el jefe de Policía de la provincia, Marcos Herrera, quien buscó calmar los ánimos y propuso canalizar el reclamo a través de un pedido unificado. “Yo no quiero venir a imponerles algo, solo quiero que nos sentemos a conversar”, expresó Herrera ante los presentes. Aseguró que está gestionando una reunión con el ministro de Seguridad, Rubén Monguillot, y pidió una “cuota de confianza” para lograr un acercamiento institucional.

El jefe policial también intentó cerrar las diferencias entre los distintos sectores que conforman la fuerza: “Nosotros, como Jefatura, estamos trabajando para todo el personal. Para mí no hay retirados, todos somos policías”, afirmó.

Sin embargo, varios manifestantes tomaron la palabra para expresar su disconformidad. Señalaron que no todos los sectores apoyan el reclamo y resaltaron su compromiso con la protesta. “Nosotros estamos haciendo algo mejor que ellos. Nos arriesgamos y nos hacemos escuchar”, dijo uno de los asistentes.

Otro de los puntos que generó más firmeza en los discursos fue la necesidad de una respuesta inmediata. “No venimos a pedir un bolsón. Estamos exigiendo nuestro salario. Hoy queremos irnos con una respuesta clara”, exigió uno de los voceros del grupo.

Finalmente, y luego de varios intercambios, los manifestantes aceptaron reunirse en la Sala de Situación de la Policía para consensuar una posición común. El documento que surja de ese encuentro será elevado por el propio Herrera ante las autoridades del Ejecutivo provincial.

Aunque no hubo soluciones concretas en el corto plazo, los autoconvocados destacaron la necesidad de mantener la unidad y continuar visibilizando la situación salarial que atraviesan. La tensión persiste, pero se abre una vía de diálogo institucional.