Karina relató entre lágrimas su situación desesperante: “No sé cómo explicar lo que estoy viviendo. Hace tiempo vengo luchando por una vivienda en Tinogasta, y cuando se entregaron las viviendas sociales en Santa Rosa me hicieron presentar papeles una y otra vez... pero al final me la negaron”.
Actualmente, la mujer realiza changas en una iglesia local para subsistir: hace limpiezas, trabaja en panadería y lava ropa, mientras cuida a sus tres niños, uno de ellos con autismo y TDAH, y una niña que padece osteogénesis imperfecta, conocida como “huesos de cristal”, una condición que requiere extrema atención. “Mis hijos necesitan cuidados especiales, y no tengo respaldo de nadie. El padre no colabora, ni siquiera viene a verlos”, denunció.
Karina explicó que el alquiler que paga actualmente se ha vuelto insostenible, superando los 200 mil pesos, y que su situación económica empeoró tras recortes en los beneficios que cobraba. “Solo me alcanza para pagar el alquiler, la luz y algo para comer. Hay días en los que yo no como, para que mis hijos tengan un plato de comida”, confesó con angustia.
Desde el municipio, según sus dichos, se acercaron a hablar pero no le ofrecieron ninguna solución concreta, y la excusa es la feria administrativa. Mientras tanto, el dueño de la casa le ha dado plazo hasta el próximo viernes para desalojar.
A pesar de haber cumplido con todos los requisitos para acceder a una vivienda social, Karina asegura que no fue tenida en cuenta. “No quiero ocupar ni usurpar, quiero hacer las cosas bien. Solo pido un lugar digno para mis hijos”, suplicó.
Ante la falta de respuesta estatal, Carina apela a la solidaridad de la comunidad. Quienes deseen colaborar económicamente, pueden hacerlo mediante el alias: Brandon53, a nombre de Álvarez Karina del Valle. Además, pueden comunicarse directamente con ella al 3837 510818.
Desde Radio Mega 99.7 reiteramos el llamado urgente a las autoridades locales y provinciales para que intervengan de inmediato en este caso. La situación no admite demoras. Hay tres niños —dos de ellos con discapacidad— que necesitan un hogar y una madre que lucha, sola, por su derecho a vivir dignamente.