ECONOMIA
26 de junio de 2025
Milei logra frenar la inflación, pero crecen la desigualdad y el malestar social en Argentina

A un año y medio del inicio de su gestión, el presidente Javier Milei logró contener uno de los peores flagelos de la economía argentina: la inflación. Según datos oficiales del INDEC, en mayo la inflación mensual fue del 1,5 % y la anual descendió al 43,5 %, una cifra impensada hace apenas 18 meses, cuando el país cerraba el 2023 con un índice superior al 200 %.
Este proceso fue acompañado por un fuerte ajuste fiscal, la eliminación del déficit primario, la reducción del gasto público, el recorte de subsidios y una política monetaria extremadamente restrictiva. Las reservas del Banco Central crecieron, el peso se estabilizó y volvió el crédito al sector privado. Desde organismos como el FMI, la OCDE y bancos internacionales, la respuesta fue positiva. Incluso, según medios como el Financial Times, Argentina lideró la recuperación cambiaria global del primer semestre de 2025.
Sin embargo, puertas adentro, la sensación social dista mucho de la que celebran los mercados. El costo del ajuste se ve reflejado en los salarios, el empleo y el consumo.
Salarios que no alcanzan y pobreza persistente
El salario promedio en el país ronda los 475 mil pesos mensuales (aproximadamente 475 dólares al tipo de cambio libre), pero los aumentos quedaron por detrás de la inflación durante buena parte del 2024. Especialmente los trabajadores del sector público (docentes, empleados estatales, jubilados), cuyos ingresos sufrieron una pérdida de más del 15 % en términos reales.
En el sector privado formal hubo una leve mejora (3,3 % real), pero la expansión de la informalidad creció con fuerza: hoy casi el 40 % de los trabajadores no tiene cobertura social, obra social ni aportes jubilatorios, y cobra un salario 40 % menor que quienes están en blanco.
La pobreza afecta al 38 % de los argentinos, y uno de cada tres niños vive en hogares con inseguridad alimentaria. Las organizaciones sociales denuncian el vaciamiento de políticas asistenciales, mientras que el gobierno defiende el fin de la “intermediación piquetera”.
La economía repunta, pero con bajo impacto en la vida cotidiana
Luego de una caída del 2 % del PBI en 2024, el primer trimestre de 2025 mostró una recuperación del 3,9 %, impulsada por las exportaciones, la minería, el agro y parte de la industria. Las consultoras privadas y el FMI estiman un crecimiento de hasta el 5 % para este año.
No obstante, la mejora aún no se siente en la mesa familiar. El consumo interno sigue deprimido, el desempleo abierto ronda el 6,5 %, pero expertos advierten que si se suma la precariedad laboral y el desaliento, el desempleo real superaría el 30 %.
El mundo mira con atención… y con críticas
Desde el exterior, el caso argentino genera tanto admiración como preocupación. Para la prensa anglosajona, como Wall Street Journal o Bloomberg, el país logró domar a la inflación con medidas impopulares pero efectivas. Sin embargo, medios como The Guardian y El País advierten sobre el alto costo social del plan económico.
El propio FMI elogió la disciplina fiscal, pero advirtió que la recuperación debe “ser inclusiva y proteger a los sectores más vulnerables”. Organizaciones de derechos humanos también se manifestaron preocupadas por la creciente conflictividad social y la represión a las protestas.
Una economía en equilibrio, pero con una sociedad en tensión
Expertos como el economista Eduardo Levy Yeyati advierten que “no alcanza con estabilizar los precios si se desestabiliza el tejido social”. Académicos y analistas de distintas universidades coinciden en que la inflación bajó gracias al shock de ajuste, pero alertan que sin medidas que reactiven el consumo y cuiden el empleo, la recuperación será para pocos.
Desde el oficialismo, el discurso es claro: “había que pasar el invierno”, “la casta se terminó” y “este es el único camino posible”. Mientras tanto, sindicatos, docentes, jubilados y trabajadores informales denuncian que se está pagando demasiado caro una supuesta estabilidad que aún no llega al bolsillo de la gente.
Conclusión
Argentina logró lo impensado en poco tiempo: frenar una inflación galopante y encarrilar las cuentas públicas. Pero lo hizo con un ajuste que dejó a muchos en el camino. Hoy, los números macro son positivos, pero la calle todavía duele. El desafío que enfrenta el gobierno de Javier Milei no es solo sostener el rumbo económico, sino lograr que esa estabilidad se traduzca en mejoras reales para las mayorías.
Mientras los mercados celebran, millones de argentinos esperan que algún día el ajuste termine y la recuperación sea más que una promesa.
Redacción: RadioMega Catamarca – Política y Sociedad
Edición: Hugo Ovejero
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