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DEPORTES

1 de marzo de 2021

UN RIVER EN APUROS, LE GANO A PLATENSE POR LA MINIMA

Ademas, hubo dos lesionados importantes

Una victoria trabajada, sufrida y festejada a medias. Esa fue la sensación que se respiró en Vicente López para River. Porque más allá de que Marcelo Gallardo pudo hacer debutar a cuatro nuevitos como para que vayan tomando ritmo para lo que viene, el saldo de este 1-0 frente a un dignísimo Platense dio negativo. En algunos aspectos desde lo futbolístico pero sobre todo desde lo estructural: con Racing a la vuelta de la esquina (la finalísima de la Supercopa, este jueves) y el superclásico asomando en el horizonte, el DT ya sabe que a la baja de Montiel se le sumará la dura lesión del capitán Pinola -sufrió una fractura en el brazo derecho- y está latente la duda de su goleador Borré, que apenas duró 9’ en cancha. Sí, fue un triunfo color Marrón oscuro...

 

Todo lo sencillo que le resultó abrir el partido se le embarulló a la hora de intentar cerrarlo. River supo controlar el juego desde el vamos, lo llevó a su zona de confort, aunque eso no le terminó de brindar tranquilidad básicamente porque le faltó estar fino en la última estocada. A través de un De La Cruz activo y que se desdoblaba entre su rol de generador y el retroceso (en varios pasajes terminaba como doble cinco con Enzo Pérez), los de Gallardo consiguieron quebrar la resistencia media del local. El uruguayo fue referencia en la pelota parada (estrelló un tiro libre en un poste al inicio) y también ejemplo de versatilidad: de un robo en campo propio envió una asistencia perfecta en profundidad para Suárez, que encaró solito y definió con toda su clase.

 

Pero después, incluso con Platense dejando espacios en el retroceso, River no lo pudo liquidar: el pibe Álvarez entró torcido (Borré, afuera por lesión) y Carrascal -mientras se acomoda al oficio del 10- tampoco estuvo fino frente al arco. Los de MG tuvieron chances, y muy claras, mientras que el Marrón siguió en partido, luchó con sus armas -Lamberti, Bogado y Palacios, los más activos- y pudo acariciar el empate cuando Armani se mandó un error insólito y le regaló ese gol que se gritó en vano (Recalde, adelantado).

River también se lo permitió, claro, una vez que con el ingreso de Palavecino por Vigo se plantó un 4-3-3 (Carrascal, de extremo) que le sentó mejor al local, que con el tándem Bogado-Lamberti controló el medio y de a poco empezó a hacerse de la pelota, llegando con variantes. Palacios pudo armar sociedades con Baldassarra y luego los ingresos de Schor, Curuchet y Gerzel le aportaron una rebeldía que se tradujo en situaciones claras de riesgo. Pero justo en ese momento, cuando los de MG ya sufrían con David Martínez, Paradela y Fontana, en cancha, a Curuchet le falló la puntería y luego a Armani se le acomodaron las ideas y le sacó un cabezazo esquinadísimo a Recalde.+

 

Por eso cuando el pitazo final de Ariel Penel se oyó en Vicente López, Platense se mordió la lengua de la bronca (estaba invicto desde la reanudación del fútbol en 2020: 5 PG y 6 PE) aunque finalmente primó la cordura: hubo aplausos por la entrega y esa propuesta que se sostiene intacta a la que lucía en la Primera Nacional hace unos meses. En tanto, con el silbatazo fue River el que agradeció. Por la victoria, pero por sobre todas las cosas porque se terminó el sufrimiento y una tarde de terror en cuanto a las lesiones, más que nada por la que padeció el líder que es Javier Pinola. Una de cal...

     

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