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SALUD

25 de marzo de 2024

Dengue: advierten por el uso excesivo de repelentes y piden especial atención con los niños

La sobreaplicación puede provocar irritación en la piel y en las mucosas, en especial en personas con antecedentes alérgicos.

Ante la proliferación de mosquitos y el brote de dengue, una de las opciones para protegerse contra la picadura del Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad, es el uso de repelentes para insectos que se colocan sobre las zonas del cuerpo que están más expuestas.

En el mercado hay diversas modalidades, desde sprays, lociones, cremas, hasta geles que contienen sustancias activas como el DEET y la icaridina. La protección dura, generalmente, de cuatro a ocho horas, pero después hay que reaplicar.

 

Ahora bien: ¿la reiterada aplicación puede provocar alguna consecuencia sobre la piel? La dermatóloga Sabina Hairabedian señala que el uso excesivo de repelentes puede producir irritación tanto en la piel como en las mucosas, y así generar algún tipo de dermatitis sobre todo en aquellas personas propensas a este tipo de reacciones. Y en consecuencia recomendó no abusar de su uso.

Hairabedian explicó que a quienes tienen antecedentes de alergias o dermatitis alérgicas, lo primero que les produce el uso excesivo de repelentes es un enrojecimiento de la piel que puede ser leve, con un ligero ardor. Y en casos más graves, la aparición de ronchas.

“Para quienes tienen este tipo de reacciones, al principio aparecen espontáneamente, pero si se continúa usando el repelente en cantidades excesivas puede generar eccemas con ampollas en la piel”, afirmó la dermatóloga.

Además, indicó que es importante evaluar qué concentraciones tiene el repelente a utilizar, algo que puede variar de un producto a otro. Un repelente con una concentración del 10% de DEET protege a la persona durante dos o tres horas como máximo, mientras que en aquellos que tienen un 30% la protección puede alcanzar hasta 10 horas.

 

Las personas que están al aire libre son las que están más expuestas a las picaduras, y la permanencia del producto en la piel depende de cómo se lo aplicó. La especialista recomendó no usar repelentes caseros, como la combinación de esencia de vainilla con agua, debido al contexto de la enfermedad.

Ante la proliferación de mosquitos y el brote de dengue, una de las opciones para protegerse contra la picadura del Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad, es el uso de repelentes para insectos que se colocan sobre las zonas del cuerpo que están más expuestas.

En el mercado hay diversas modalidades, desde sprays, lociones, cremas, hasta geles que contienen sustancias activas como el DEET y la icaridina. La protección dura, generalmente, de cuatro a ocho horas, pero después hay que reaplicar.

 

Ahora bien: ¿la reiterada aplicación puede provocar alguna consecuencia sobre la piel? La dermatóloga Sabina Hairabedian señala que el uso excesivo de repelentes puede producir irritación tanto en la piel como en las mucosas, y así generar algún tipo de dermatitis sobre todo en aquellas personas propensas a este tipo de reacciones. Y en consecuencia recomendó no abusar de su uso.

Hairabedian explicó que a quienes tienen antecedentes de alergias o dermatitis alérgicas, lo primero que les produce el uso excesivo de repelentes es un enrojecimiento de la piel que puede ser leve, con un ligero ardor. Y en casos más graves, la aparición de ronchas.

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Las personas que están al aire libre son las que están más expuestas a las picaduras, y la permanencia del producto en la piel depende de cómo se lo aplicó. (Ramiro Pereyra /La Voz)

Las personas que están al aire libre son las que están más expuestas a las picaduras, y la permanencia del producto en la piel depende de cómo se lo aplicó. (Ramiro Pereyra /La Voz)

“Para quienes tienen este tipo de reacciones, al principio aparecen espontáneamente, pero si se continúa usando el repelente en cantidades excesivas puede generar eccemas con ampollas en la piel”, afirmó la dermatóloga.

Además, indicó que es importante evaluar qué concentraciones tiene el repelente a utilizar, algo que puede variar de un producto a otro. Un repelente con una concentración del 10% de DEET protege a la persona durante dos o tres horas como máximo, mientras que en aquellos que tienen un 30% la protección puede alcanzar hasta 10 horas.

 

Las personas que están al aire libre son las que están más expuestas a las picaduras, y la permanencia del producto en la piel depende de cómo se lo aplicó. La especialista recomendó no usar repelentes caseros, como la combinación de esencia de vainilla con agua, debido al contexto de la enfermedad.

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Cómo usarlos

Hairabedian dijo que la forma de aplicación es muy importante. En el caso de usar un repelente aerosol hay que evitar hacerlo en lugares cerrados. Siempre es recomendable que haya ventilación. Además, hacerlo a una cierta distancia de la piel, de 10 a 15 centímetros, para que las partículas se asienten.

 

Y dijo que es muy importante respetar el tiempo de reaplicación que indique cada producto comercial, sobre todo cuando se pasan largas horas en espacios al aire libre.

A la vez, advirtió que el uso de la citronella, que tiene una efectividad muy baja, no es recomendable en el actual contexto epidemiológico, porque la persona no está protegida. “Es un repelente natural, pero la efectividad no es buena y por ello no previene a s picaduras”, aseguró.

En niños

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) recomendó que los repelentes que se usan en niños no deben contener más de un 30% de DEET. Y debido a la situación actual del dengue modificó las recomendaciones tradicionales sobre el uso de repelentes, extremando el cuidado a partir de los dos meses de edad con repelentes que contienen DEET, en los que se desaconseja su uso.

También el dermatólogo Jorge Llenas, presidente de la Sociedad Argentina de Dermatología de Córdoba (SAD), pidió que repelentes de mosquitos utilizados en niños contengan ingredientes activos más suaves y en concentraciones más bajas que los productos para adultos. “Una concentración de menos de un 10% y hasta un 30% se podría llegar a aplicar en chicos mayores de dos meses”, indicó.

 

 

Cuando se trata de productos que vienen en crema, y no en aerosol, se recomienda usarlos después de los dos años, y que sea aplicado por los adultos distribuyendo la fórmula en forma pareja tratando que no toque las mucosas ni los ojos.

Además, remarcó que es fundamental que los niños no manipulen los envases de los repelentes debido a su toxicidad. Y recordó que el uso excesivo en los más chicos puede provocar irritación en la piel.

En este contexto de brotes de la enfermedad, el dermatólogo aconsejó el uso de ropa de manga larga y pantalones largos (de colores claros), siempre que los niños se encuentren en el exterior, para cubrir las zonas expuestas.

En el caso de bebés, la protección se debe realizar utilizando telas mosquiteras tanto en cunas como en cochecitos de paseo.

Fórmulas con perfume

Los dermatólogos resaltan que la mayoría de los repelentes son por lo general inocuos para la salud de las personas y el ambiente.

No obstante, hay fórmulas con perfumes que en pacientes pediátricos pueden producir broncoespasmos. Los productos sin olor y de acción prolongada aumentan el riesgo de un uso en exceso.

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