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SALUD

24 de mayo de 2025

Colgá hoy para no caerte mañana: el desafío de fuerza que puede cambiar tu vejez

Peter Attia, médico experto en longevidad, propone una nueva forma de medir la salud después de los 40: colgarse de una barra durante dos minutos. ¿Qué revela esta simple prueba sobre tu cuerpo y tu futuro?

A los 45 años, muchos hombres comienzan a notar que subir una escalera cansa más, que una bolsa de supermercado pesa el doble o que un tropezón cuesta recuperarse. Pero para el doctor Peter Attia, esto no es una casualidad ni una condena inevitable del paso del tiempo: es una señal de que el cuerpo está perdiendo su capacidad funcional, y que todavía hay tiempo de actuar.

Attia, médico canadiense formado en Stanford y referente mundial en medicina de la longevidad, asegura que la clave para envejecer bien no está en vivir más, sino en llegar a la vejez fuertes, autónomos y capaces. “El cuerpo empieza a perder masa muscular y ósea a partir de los 40 años, y lo hace en silencio. Pero podemos frenarlo, incluso revertirlo, con fuerza e intención”, explica en su pódcast The Peter Attia Drive.

 Músculo es memoria

Uno de los conceptos más revolucionarios que defiende Attia es que la fuerza muscular no solo previene caídas o mejora el equilibrio: también protege el cerebro. Estudios recientes indican que una mayor fuerza de agarre (la fuerza con la que apretamos o sostenemos objetos) se relaciona con un 70% menos de riesgo de padecer demencia en la vejez.

“El músculo es el mejor seguro de vida que podés construir después de los 40”, afirma. “Y todo empieza por las manos y los pies, los puntos de contacto con el mundo que hay que mantener activos.”

¿Cuál es el desafío? Colgarse.

El test es simple, pero no por eso fácil: colgarse de una barra con ambas manos durante dos minutos. No se trata solo de tener brazos fuertes, sino de resistencia, control corporal y conexión mente-músculo. “Si no podés sostener tu propio peso colgado de una barra, ¿cómo esperás evitar una caída o levantarte solo del piso a los 80?”, lanza Attia.

Este ejercicio, que parece sacado de la clase de gimnasia del colegio, es en realidad un poderoso diagnóstico funcional. “Te dice mucho más que tu peso o tu presión arterial. Te dice si estás construyendo un cuerpo preparado para el futuro”, explica.

 Sarcopenia: el enemigo silencioso

Lo que está en juego es la sarcopenia, el proceso natural —pero no inevitable— de pérdida de masa muscular y fuerza con la edad. Según Harvard, el cuerpo puede perder hasta un 1% de masa ósea por año desde los 40, y mucho más si hay sedentarismo o mala alimentación. La consecuencia: fragilidad, caídas, dependencia y baja calidad de vida.

 Prepararse hoy para el cuerpo del futuro

Attia propone un cambio de paradigma: hay que entrenar no para verse bien en el espejo, sino para funcionar mejor a los 80. En sus clínicas y publicaciones, impulsa lo que llama “entrenamiento centenario”: un plan pensado no para competir, sino para llegar bien a los 90 o 100 años.

“Podemos agregar años a la vida, pero también vida a los años”, insiste. Y para eso, sugiere empezar por lo esencial: mover el cuerpo todos los días, levantar peso sin miedo, fortalecer manos, pies, espalda y core. “Lo que no usás, lo perdés. Y con el cuerpo, eso es ley”.

🧭 ¿Estás preparado?

El verdadero desafío, entonces, no es solo colgarse de una barra, sino hacerse la pregunta: ¿podré vivir solo, caminar con estabilidad, jugar con mis nietos, subir una escalera a los 80?

Si la respuesta es “no sé”, tal vez sea hora de colgarse. No solo para medir la fuerza, sino para empezar a recuperarla.

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