SALUD
23 de febrero de 2025
¿Cuándo el colesterol bueno se vuelve malo?

Durante décadas, el colesterol ha sido considerado tanto un villano como un héroe en el campo de la salud. En particular, el colesterol de alta densidad (HDL), conocido popularmente como "colesterol bueno", ha sido el aliado por excelencia en la protección contra las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, investigaciones recientes han planteado una pregunta inquietante: ¿existe un límite en el que niveles muy altos de HDL dejen de ser protectores y, en cambio, puedan convertirse en un factor de riesgo?
Durante décadas, el colesterol ha sido considerado tanto un villano como un héroe en el campo de la salud. En particular, el colesterol de alta densidad (HDL), conocido popularmente como "colesterol bueno", ha sido el aliado por excelencia en la protección contra las enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, investigaciones recientes han planteado una pregunta inquietante: ¿existe un límite en el que niveles muy altos de HDL dejen de ser protectores y, en cambio, puedan convertirse en un factor de riesgo?
¿Por qué puede volverse dañino un HDL elevado?
Los expertos plantean dos posibles explicaciones para este fenómeno:
-Modificaciones estructurales y funcionales:
Con niveles excesivos, la estructura molecular del HDL puede alterarse. Estas modificaciones dificultan su capacidad para remover eficazmente el colesterol de las arterias, convirtiéndolo en una forma "disfuncional" que ya no ejerce sus propiedades antiinflamatorias ni antioxidantes.
-Carga global de colesterol:
Una elevación extrema del HDL podría ser indicativa de una situación en la que la suma total de colesterol –incluido el transportado por LDL y otras fracciones– alcanza niveles que sobrepasan la capacidad de eliminación del organismo, contribuyendo a la formación de placas ateroscleróticas.
Estos mecanismos aún están siendo estudiados, pero los hallazgos actuales instan a reconsiderar la idea de que “más HDL siempre es mejor”.
Implicaciones para la práctica clínica
Este nuevo paradigma sugiere que los médicos y especialistas deben:
-Evaluar la calidad y no solo la cantidad:
Más allá de medir los niveles numéricos, es importante analizar las propiedades funcionales del HDL para determinar si está actuando de forma protectora o se ha vuelto disfuncional.
-Adoptar un enfoque personalizado:
No todos los pacientes responden igual. Un nivel de HDL elevado podría ser benigno en algunas personas, mientras que en otras podría ser un marcador de riesgo adicional.
-Investigar la causa subyacente:
Niveles anormalmente altos de HDL pueden estar asociados a condiciones genéticas, procesos inflamatorios crónicos u otros desequilibrios metabólicos que requieran atención específica.
En definitiva, la ciencia nos demuestra que en el complejo mundo del metabolismo lipídico, los extremos rara vez son beneficiosos. Un enfoque integral y personalizado en la evaluación del perfil lipídico podría marcar la diferencia en la prevención y el tratamiento de las enfermedades cardiovasculares del futuro.
COMPARTIR:
Comentarios
Aun no hay comentarios, sé el primero en escribir uno!